Misiones de entrenamiento en un escuadrón de caza – Ejercito del Aire

No llevaba en el Escuadrón más que unos meses y me tocó realizar mi primer destacamento a la Base de Zaragoza para realizar una semana de tiro en el Polígono de Bardenas. Nos llevamos ocho aviones y todo el equipo de mantenimiento necesario para realizar las misiones.

Todos los pilotos del escuadrón y algún piloto agregado. Las semana de tiro aire-suelo de Bardenas, son destacamentos donde el Escuadrón pone a prueba las técnicas de tiro y donde los pilotos deben acreditar su calificación para el bombardeo aire-suelo. Estas calificaciones deben ser revalidadas cada cierto tiempo y por este motivo se desarrollan varias semanas de tiro en este polígono a lo largo del año.

Este fue el primero de muchos destacamentos que se hacen en un Escuadrón operativo de primera línea. Otros que se realizan periódicamente son: semanas de tiro aire-aire en Canarias, semanas de tiro real en Bardenas, ejercicios nacionales tipo DAPEX, SIRIO, DACEX… ejercicios internacionales tipo Nato Air Meeting-NAM, Dynamic Mix y también intercambios con otros escuadrones de la OTAN. En definitiva, una vida muy activa en el ámbito profesional que nos demandaba pasar bastantes días fuera de casa. Ese sacrificio que sería algo habitual se vería recompensado por el número de misiones apasionantes que se vuelan a los mandos del F-18. Algunas de ellas son: combates aéreos con los mejores cazas del mundo como los míticos MIG-29, F-15, F-16, F-14, M-2000, etc, ataques a la sexta flota americana, bajas cotas supersónicas por el desierto de Nevada, cruces del Atlántico en el F-18, combates aire-aire de 8 contra 12 en el mar del norte, y un sin fin de retos apasionantes que hacen sentir como cotidianas cosas que para el resto de los mortales solo aparecen en sueños.

Recuerdo muy bien aún siendo teniente, un vuelo durante un ejercicio con la sexta flota americana en el Mediterráneo. Hacíamos vuelos ofensivos contra el portaaviones. Volábamos en parejas de dos F-18. Nuestra misión era interceptar y neutralizar a los míticos F-14 Tomcat que saldrían a por nosotros para defender su barco y así permitir a nuestros aviones de ataque llegar al portaaviones. A unas 50 millas del mismo vimos en nuestro radar dos contactos que venían muy rápido a nuestro encuentro. Dos F-18 contra dos Tomcats. Lo que sólo había visto en las películas de Hollywood estaba pasando en realidad y yo era protagonista. Y de repente allí delante de mi avión el enorme Tomcat cruzándose por mi izquierda desplegando sus alas y virando fuerte a por mí. Metido en una espiral descendente de 5 g´s me fui posicionando en su cola. Dentro de mi visor sólo esperaba la orden de «Shoot» del radar y al fin llegó. Un Fox-II y el Tomcat al agua con las Islas Columbretes de testigo. Un combate memorable ¡Bueno, lo hubiera derribado de usar munición real!

Misiones de entrenamiento como esta, tenían como finalidad que los pilotos del Escuadrón estuviéramos listos para el combate y preparados para realizar las misiones que se nos encomendasen. Una de esas misiones que marcó toda mi vida en el Escuadrón durante los siete años que estuve en él y la que me hizo madurar como piloto de caza fue la misión encomendada al Ejército del Aire en los Balcanes. Desde finales de 1994 hasta julio de 2002 se montó en la Base Aérea de Aviano-Italia, el destacamento Ícaro. Las bases de Torrejón y Zaragoza se turnaban para tener siempre listo un escuadrón de F-18 en Aviano. Esto marcó un antes y un después en los escuadrones de F-18 españoles. Nuevas tácticas y procedimientos. Nuevas capacidades y operaciones conjuntas con países de la OTAN. Y desde 1996 hasta que el destacamento se cerró en julio del 2002, tuve el honor y el privilegio de formar parte de él.

Las primeras misiones que volé desde la Base de Aviano, eran misiones de vigilancia sobre Bosnia y Croacia. Corría el año 1996 y habían tenido lugar recientemente misiones de bombardeo real sobre algunas ciudades de bosnia donde los aviones españoles habían participado. Allí se volaban misiones a cualquier hora y cualquier día de la semana. Nuestra misión era vigilancia y disuasión. En esos años las tensiones entre los Ejércitos de Croacia, Bosnia y Serbia fueron disminuyendo en gran parte debido a la vigilancia y la presencia de las fuerzas internacionales tanto sobre el terreno como en el aire, donde la supremacía aérea era total debido en parte a nuestros F-18 que volaron sin descanso en los cielos de Bosnia y Croacia.

A medida que las cosas mejoraban en este teatro de operaciones, las tensiones fueron apareciendo en otra región de la antigua Yugoslavia. Las fuerzas internacionales tuvimos que hacer acto de presencia en otro teatro de operaciones donde hasta ese momento no era requerida la presencia de los aviones. Ese nuevo teatro de operaciones englobaba a Serbia, Montenegro y Kosovo donde las tensiones y los actos violentos fueron creciendo día a día.

Los destacamentos a la Base de Aviano eran ya parte de la vida de mi Escuadrón así como los demás escuadrones de Torrejón y Zaragoza. Las tácticas y las misiones fueron cada vez más complejas y nos fuimos preparando poco a poco para lo que parecía inevitable. Y así casi sin darme cuenta llegó el día que sin duda marcó mi vida como piloto de caza para siempre cuando siendo aún Teniente tuve el honor de ser elegido para participar en la primera noche de la operación ALLIED FORCE que duraría casi tres meses y que fue la primera intervención armada de la OTAN en sus casi 50 años de historia.

Si queréis conocer todos los detalles de tan apasionante vuelo os invito a subiros conmigo en el siguiente artículo a la cabina del F-18 y revivir aquella primera misión en la fría noche del 24 de marzo de 1999.

Ejército del Aire, www.ejercitodelaire.mde.es

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