Medicina Aeronáutica-El Equilibrio

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El sentido del equilibrio.

El vestíbulo, es la parte del oído que se encarga del equilibrio

Nuestro cuerpo está bien adaptado a la vida en la superficie terrestre en cuanto al equilibrio se refiere, incluso en ausencia de referencias visuales, como lo demuestra un ciego que además puede realizar de manera efectiva una gran variedad de movimientos.

Esto es debido a la información que le llega al cerebro desde el aparato vestibular y de los sensores de los músculos, articulaciones y piel, o del tacto al que antes hacíamos referencia.

Sin embargo, cuando el hombre se aleja de la estable superficie terrestre, es cuando la mencionada información trasmitida al cerebro queda falseada debido a las aceleraciones que producen los movimientos de la aeronave y el piloto cree que la errónea actitud de vuelo es la correcta.

En esas circunstancias es cuando puede encontrarse tan abrumado por sensaciones corporales contradictorias y equivocadas, que pueden llegar a perder todo sentido de la orientación espacial y dejar de tener conocimiento de la posición de su cuerpo respecto de la superficie terrestre. Dicho piloto se puede encontrar sumido en el más profundo estado de desorientación, incluso en condiciones de vuelo con gran visibilidad.

Como es lógico, la situación se agrava cuando la visibilidad queda reducida. Por eso el vuelo instrumental soluciona este problema. Aunque hay que estar en continuo entrenamiento para despreciar las falsas sensaciones corporales.

Volando con instrumentos, el piloto tiene su atención dirigida a una serie repetida de acciones instrumentales, hasta que queda libre de nubes y tiene una referencia visual clara.

El aparato vestibular consiste en los canales semicirculares y el órgano otolítico, que se divide en dos partes llamadas respectivamente utrículo y sáculo.

Consiste el funcionamiento en que cada oído hay tres canales semicirculares llenos de líquido, colocados en tres planos perpendiculares entre sí.

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En la base de cada canal hay un órgano sensorial llamado cúpula, (ampolla) que es una válvula en forma de aleta sujeta en un extremo y constituida por terminaciones nerviosas capilares encerradas en una cápsula.

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En movimientos de la cabeza giratorios el fluido del canal, como consecuencia de la inercia, se retrasa y desvía la cúpula.

Cuando el líquido ha vencido su inercia, la cúpula vuelve a su posición de reposo y deja de enviar mensajes al cerebro por medio del nervio capilar vestibular.

Al cesar la rotación en este plano, el fluido de los canales ocasiona la desviación de la cupular también como consecuencia de su inercia, pero esta vez en sentido inverso.

Como hay tres canales en ángulo recto entre sí, las fuerzas debidas a la aceleración pueden registrarse en las tres dimensiones del espacio.

De este modo, en ausencia de información visual, el cerebro interpretará los estímulos procedentes de los canales semicirculares de la siguiente forma:

-La aceleración, como movimiento.

-Las variaciones de aceleración, como aceleración

-La velocidad constante, como reposo.

Es sensible a la dirección y a la fuerza de la gravedad el órgano otolítico. Al modificar las posiciones de la cabeza resulta sensible a la magnitud y a la dirección de la atracción gravitatoria aparente. Esta atracción aparente es la resultante de la atracción real de la gravedad y de las fuerzas debidas a la aceleración. Es similar al bastón y bola en el que se marca el grado de equilibrio de giro. Un ejemplo sencillo puede experimentarse durante movimientos giratorios prolongados que acompañan a los giros de ritmo unitario.

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La aceleración angular ocasionará el desplazamiento de la cúpula por el fluido, debido a la inercia, dentro de los canales semicirculares. Una vez establecido el giro y manteniéndolo durante veinte segundos, los efectos de la inercia se habrán pasado y la desviación de la cúpula cesará.

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De este modo, aunque el cuerpo, pueda estar experimentando una velocidad angular considerables, no habrá apreciación consciente por parte del vestíbulo. Al cesar el giro para recuperar el vuelo recto y nivelado, las fuerzas giratorias desaparecerán repentinamente y el impulso resultante del fluido en las canales semicirculares hará que la cúpula se desvíe en sentido opuesto.

Esta alteración del flujo registrará una velocidad de giro que es igual y opuesta a la que estaba sufriendo, pero que en realidad acaba de cesar.

Estas sensaciones persistirán hasta que se haya vuelto a vencer la inercia y termine la desviación de la cúpula.

Por consiguiente, durante estas maniobras suaves, el piloto ha recibido dos mensajes vestibulares erróneos.

Primero no tenía sensación de girar cuando en realidad estaba girando, luego, tuvo una sensación de estar girando en un momento en que no giraba y en realidad había recuperado el vuelo recto y nivelado.

Las sensaciones erróneas son más pronunciadas cuando las aceleraciones aparecen en más de un plano en el espacio.

Por ejemplo, los movimientos de asentimiento hechos con la cabeza al mismo tiempo que se están realizando otros movimientos giratorios en un plano distinto, pueden crear una confusión considerable y llevar a la desorientación, que en algunos casos extremos pueden llegar a la pérdida de conocimiento.

Unas fuerzas relativamente grandes debidas a la aceleración, son las que se imponen a los canales semicirculares en el caso de los movimientos relativos de la cabeza, como consecuencia de que el radio de giro de está es muy pequeño.

En cuanto a la respuesta vestibular a una aceleración rápida si en vuelo recto y nivelado el piloto decide aumentar su velocidad incrementando el empuje del avión, experimentará una fuerza de inercia de su cuerpo.

Durante esta fase de aceleración lineal, el aparato vestibular del piloto resolverá estas fuerzas en una resultante aparentemente vertical que producirá una sensación que el piloto inadvertido creerá que su avión ha adoptado una posición encabritado.

Por esto, una vez más, en ausencia de referencia visual, el piloto debe creer en lo que le digan los instrumentos, despreciando sus sensaciones corporales si quieren volar con precisión y seguridad.

En el caso de una desaceleración lineal sucederá lo contrario.

 

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