Medicina Aeronáutica-medicamentos y tabaco
Medicina Aeronáutica-medicamentos y tabaco
Medicamentos
Entre los medicamentos más peligrosos para el vuelo están sobre todo los que afectan al sistema nervioso, por producir alteraciones de la conciencia.
En general es preferible no volar si se toman medicamentos.
Si además se está enfermo, no se debe volar.
-La administración de opiáceos (analgésicos, narcóticos) y derivados, contraindica el vuelo por su efecto sobre la conducta; dan sensación de angustia, letargo, confusión, náuseas, y vómitos.
-Sedantes hipnóticos: Algunos de ellos tienen una vida media que oscila entre las 14 y 19 horas (como el diacepam).
Producen sedación con una disminución de la actividad espontánea y la inducción al sueño, hacen que sean evitadas al menos durante las 24 horas previas al vuelo.
-Tranquilizantes, antidepresivos y fármacos psicotónicos:
Disminuyen la capacidad de reacción individual. Cuando su utilización sea necesaria tanto por la enfermedad, en sí misma, como por los efectos del medicamento, deberá suspenderse toda actividad aérea.
-Anfetaminas y estimulantes simpaticomiméticos:
Estimulan la vigilancia y combaten la sensación de fatiga; a esto sucede un periodo de depresión muy importante. Tales fármacos tienen un efecto anorexígeno.
Han sido los quehan ocasionado un número mayor de accidentes, por lo que están totalmente contraindicados si se va a volar.
El tabaco
El humo del tabaco se compone de tóxicos variados. Un 60% son gases, entre los que destaca el óxido de carbono CO2, que bloquea el transporte de hemoglobina en la sangre.
Los fumadores pierden parte de su capacidad de transporte de oxígeno en la sangre, por lo que los problemas de la falta de oxígeno con la altura se verán siempre agravados y aparecerán antes.
Los efectos de envenenamiento:
Por CO2 suelen ser insidiosos, (es inodoro, incoloro e insípido), ya que no solo reduce la cantidad de oxígeno en circulación sino que impide la entrega de oxígeno a los tejidos, pudiendo producir hipoxia.
La nicotina, su principal alcaloide, creador de hábito y dependencia por ser sustancia activa sobre el sistema nervioso, representa del 0,4 a 3 mg. por cigarrillo.
La brea o alquitrán, supone de 16 á 43 mg. por cigarrillo e incluye al menos siete compuestos carcinogenéticos del tipo hidrocarburos aromáticos policíclicos.