La hélice aérea cap-4
La hélice aérea cap-4
FUERZAS QUE ACTÚAN SOBRE UNA HÉLICE
Sobre la pala de una hélice actúan las mismas fuerzas que lo hacen sobre un ala, además de otra especial, producida por el movimiento de rotación, y que es la fuerza centrífuga.
Veamos un sencillo ejemplo: si ‘en el extremo de una cuerda atamos un peso y lo hacemos girar a modo de honda, la cuerda se pondrá tensa y el peso intentará escapar, por lo que’ tendremos que sujetar la cuerda fuertemente, tanto más cuanto más de prisa demos las vueltas. Esta fuerza que estira la cuerda hacia los extremos se llama fuerza centrífuga.
Si cambiamos ahora la cuerda por una barra y la hacemos girar, cada trozo de esta barra se estirará hacia afuera y se acumularán sus efectos en el centro de ella, siendo en estos puntos los esfuerzos máximos de extensión.
En la hélice, las fuerzas centrífugas que actúan en sus palas tienden a arrancar a éstas de su acoplamiento en el buje.
La sustentación total obtenida por las distintas secciones de las palas forman el empuje o tracción.
La acción combinada de las fuerzas que actúan en las zonas de altas y bajas presiones, determinan el avance de la hélice y, por consiguiente, el del avión.
Esta fuerza de tracción hace que las palas tiendan a doblarse, originándose, a su vez, una fuerza de torsión que acusa una tendencia a cambiar el paso de aquélla, disminuyendo el ángulo hacia cero, para intentar el giro de la pala sobre su eje longitudinal.
Procede advertir que las palas de una hélice deben tener la resistencia necesaria para soportar las deformaciones elásticas que le producen las fuerzas a que está sometida durante su funcionamiento.
Hay que advertir también que un pequeño defecto en una pala, al acusar los esfuerzos a que le someten las fuerzas que hemos detallado, promueve su concentración en ese punto, especialmente, de tal manera que una pequeña hendidura o muesca puede convertirse en una grieta.
La concentración de esfuerzos en esa grieta suele ser mayor que la que normalmente se produce e, incluso, puede deformarse y hasta llegar a partirse la pala por la pequeña muesca.
A este propósito, señalaremos que la rotura de una pala produce al motor un desequilibrio tal que puede destrozarlo, si no se consigue parar. Así mismo, el avión puede ser gravemente dañado por esta avería.
Se comprende así la necesidad de prestar una atención especial, en las inspecciones diarias antes del vuelo, a los bordes de ataque y de salida de las palas, ya que en ellos es donde, normalmente, se producen los agrietamientos. Si se encontrara algún defecto de importancia, debe reemplazarse rápidamente la hélice.
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