Entrevista con Carla Subirana

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Entrevista con Carla Subirana

On enero 24, 2013, Posted by , in Actualidad aéronautica, tags , With 1 Comment

 Nuestro compañero Iñaki Campomanes nos remite la entrevista con Carla Subirana, directora de “Volar: la película”.

El pasado 11 de enero tuve el placer de entrevistar a la directora de cine Carla Subirana. Carla ha dirigido recientemente el rodaje de la película “Volar”, un documental basado en la vida y actividades de los cadetes de la Academia General del Aire (AGA), institución cuya misión es formar nuevos pilotos para el Ejército del Aire.

Gracias al excelente trabajo cinematográfico de Carla Subirana vamos, por fin, a poder acercarnos al origen de cualquier piloto de combate: la Academia General del Aire. Aquí se forman los cadetes que en el futuro volarán los codiciados cazas de combate como el F/A-18 o el Eurofighter, aunque no solo de cazas vive una Fuerza Aérea. También se requieren, y son vitales, pilotos en otros tipos de aeronaves, incluyendo transporte, salvamento, etc, sin olvidar a los propios instructores y a la muy reconocida Patrulla Águila, que vuela el CASA C-101.

En la entrevista vamos a comentar cómo se dio origen a la filmación de este trabajo, qué impulsó la grabación del documental, y cómo se vivió el rodaje dentro de la AGA.

 Iñaki Campomanes: ¿de dónde viene la idea de hacer una película sobre la Academia General del Aire (AGA)?

Carla Subirana: tiene diferentes orígenes. Por un lado, estaba terminando mi anterior película y vi una noticia en el telediario sobre una mujer soldado que murió en Afganistán, aproximadamente en 2008. El mundo del ejército es muy desconocido para mí, no tengo familiares ni amigos dentro de este mundo, y pensé: ¿qué lleva a una mujer a entrar en el ejército? Como documentalista me gusta entrar y aprender sobre mundos desconocidos. Esa primera pregunta empezó a dar vueltas en mi cabeza.

Por otro lado, a mí me gusta bastante el cine bélico. ¿Por qué? De alguna manera muestra cómo el ser humano se enfrenta a situaciones límite. ¿Cuáles son los aspectos psicológicos de una situación límite y cómo se responde ante ella? Conozco la carrera de un documentalista observacional norteamericano que se llama Frederick Wiseman, que en el año 1973 retrató diferentes instituciones dentro de Estados Unidos: escuelas, policía, hospitales, etc. Wiseman fue entrando en diferentes mundos y los retrató como en un pequeño microcosmos. Entre esos trabajos rodó una película titulada “Basic training” que habla sobre la formación general militar. Muestra a unos chicos que entran a formar parte del ejército y a los que se les dan las primeras instrucciones para ser militares. Y pensé ¿y aquí qué hay?

Comencé a investigar para ver qué películas documentales se habían hecho sobre el Ejército del Aire español. Normalmente todo lo que se filma sobre estancias militares son por propia solicitud del Ministerio de Defensa cuando desean divulgar una noticia. Entonces reciben a un equipo de periodistas y preparan una noticia, por ejemplo, la presentación de un nuevo avión. Pero una producción independiente como la nuestra, de un equipo que no tiene vínculos con el mundo militar es bastante inexistente, por no decir nulo. Así que pensé que aquí había algo interesante a explorar.

IC: ¿cuál es el objetivo de la película? ¿Qué intenta transmitir al espectador?

CS: yo siempre digo lo mismo: cuando yo acabo una película, la película ya no es mía; la película es del espectador. Cada espectador ve una película diferente. Esto nos pasa con todas las películas. Y una película de cine documental observacional como es “Volar” todavía más, porque no hay una dirección de “tú tienes que pensar esto o lo otro”. Es una mirada observacional, aunque siempre haya un componente subjetivo como es normal; no se puede pretender una objetividad total. Sobre el mundo militar todos tenemos una opinión, a favor, en contra, de indiferencia, etc. El esfuerzo que hice fue el de tener una mirada limpia, sin prejuicios ni ideas preconcebidas sobre lo que iba a ver.

Al llegar me encontré con una realidad desconocida, y tuve que reubicar y reorientar mis prejuicios y pensamientos a priori por el desconocimiento de ese mundo, e intentar mirar de una manera limpia lo que tenía delante. “Volar” tiene una mirada por un lado de plano general, de intentar mostrar de una manera observacional lo que ocurre, con una cámara que está ahí y no interfiere en la realidad que tiene delante, y por otro lado también tiene una mirada como más detallista, que se fija en pequeños detalles. Por ejemplo, cuando estaban los cadetes de primero organizando las taquillas y todo el pabellón donde ellos dormían, los chicos iban colocando el material, los uniformes… Y había un chaval que tenía una virgen colocada en un lado de la gorra. Esta imagen tiene un plano en la película. Son de esas cosas que te has de parar para mirar, y eso explica cosas sobre ese chico. Son detalles. La idea es que estamos aquí con una cámara y vamos a observar cómo funciona todo sin intentar ser algo así como “esto es la verdad de la Academia”. No, yo no digo que esto sea la verdad, yo he mirado y he visto esto que muestro. He hecho un esfuerzo por, por supuesto, ser respetuosa, y ser limpia, y de ahí ha salido esta película. Luego ya cada espectador hará su lectura según estime.

IC: ¿cuándo empezó el rodaje y cuánto duro?

CS: hicimos dos fases de rodaje, una al principio del curso, es decir, cuando entraron los cadetes de primero de 2011, y la segunda en marzo. previamente al rodaje habíamos ido a la Academia tras solicitar un permiso a Defensa. Se les solicitó que se otorgase tiempo suficiente para poder rodar. Si el permiso iba a ser de tres días no me interesaba hacer la película, porque sería algo superficial. Ir, robar cuatro planos, y marchar. Yo no quiero hacer esto, yo quiero observar el día a día cotidiano, ver cómo funciona, que los chicos se acostumbren a la cámara, etc. Este punto el Ministerio de Defensa lo entendió y accedieron. Previamente había ido en octubre de 2010 cuatro días para un primer contacto con la Academia y para poder hacer un preguión, y fundamentalmente situarme. Luego ya nos dieron el permiso, pedí más tiempo para ir a hacer investigación de campo, aunque eso ya no fue posible. Y posteriormente ya nos dieron el permiso para ir a rodar.

Yo había estado esos cuatro días, pero el equipo no había estado nunca. Los cadetes de primero empezaron su primer día, y la cámara empezó a grabar desde el primer día en que ellos entraban por primera vez. Los cadetes de primero (que ahora están haciendo tercero) entraron en la Academia y se encontraron con una cámara filmando. Estaban tan nerviosos y tan emocionados por entrar que yo creo que la cámara fue lo último en que se fijaron.

Durante el rodaje siempre fuimos muy respetuosos en el trato, convocando a todos los alumnos para que supieran qué estábamos haciendo en la Academia. Queríamos que no hubiese recelos por parte de ellos. No queríamos que pensasen que habíamos ido para robar imágenes.

En septiembre estuvimos casi un mes, alojados dentro de la Academia, e íbamos filmando. Nos centramos sobre todo en los alumnos de primero porque eran los de primer ingreso, y hacían la formación militar general en los campamentos, en los Alcázares, y luego rodamos secuencias de vuelo con los de tercero, y algunos de cuarto en el simulador etc.

Luego hicimos un segundo rodaje en marzo, para que hubiese ese desarrollo temporal con el inicio de la primavera, el cambio de luz con respecto al verano y para mostrar el contraste, y para ver cómo habían evolucionado en ese tiempo.

IC: ¿qué reacción tuvo tu entorno a tu interés en rodar esta película? ¿Les gustó la idea por ser un tema militar?

CS: no hubo reacciones negativas, en todo caso algunos comentarios como “siempre te pones en temas complicados”, en el sentido de conseguir el permiso, que es algo muy complejo. Sabíamos que se había rodado “Alas rotas”, pero eso no tiene nada que ver porque es una ficción. Un documental como el que estábamos planteando nunca se había rodado, y para mí era un reto. Yo quiero dar a conocer a la sociedad esos mundos desconocidos, y yo soy una persona lejana al mundo militar. A mí me interesaba ver por qué deciden entrar, y cómo funciona. Cómo funciona la instrucción, es decir desengranar el funcionamiento del sistema.

He rodado en Mozambique una película autobiográfica con un acercamiento personal muy humanitario que no tiene nada que ver con la aproximación de Volar. Y con Volar se puede ver que no hace falta irse muy lejos para descubrir mundos nuevos. Tanto para mí como para el equipo, el hecho de poder entrar en el microcosmos de la AGA fue alucinante. Es un micromundo que tiene sus reglas, sus pautas de comportamiento basado en un código militar, y tienen que ser estrictos en su cumplimiento. Pude ver que en el equipo también había un interés. Para un civil es difícil de entender porque es algo lejano a la vida cotidiana. Los chicos eran muy respetuosos, muy educados, y nosotros nos acercábamos con respeto, solicitando permiso, y por supuesto todos los que aparecen han firmado una autorización.

Pude detectar un cierto recelo en algunos, pero nosotros también los tenemos hacia el mundo militar por desconocimiento. Para ellos, una cámara dentro de un recinto militar se puede ver con recelo, mientras que otros se sitúan en la postura de decir “no seamos tan herméticos y mostremos nuestro mundo”. Ahora hay excadetes de la Academia que me están ayudando para difundir la película, pasándome contactos a través de Internet. Ellos entendieron que hay que dar a conocer su mundo, y que su mundo es como otro cualquiera.

En definitiva, y en relación a la pregunta, ha habido varios amigos que me han dicho que les ha parecido muy interesante, ya que desconocían totalmente este mundo, y la película les ha mostrado algo que imaginaban de otra manera. En la película se comprueba el esfuerzo y la pasión por el vuelo brutal, con un gran trabajo de los chavales por conseguir un sueño, que es volar.

IC: ¿qué medios técnicos habéis usado? ¿Cámaras estándar de 35 mm o ya directamente en Full HD?

CS: Rodar en 35 mm es cada vez más complicado por una cuestión económica. Las cámaras digitales Full HD dan una calidad increíble por un coste muy inferior. Se puede hacer el transfer a 35 mm si quieres tener copia en ese soporte, o sino se crea directamente un DCP para proyectar en digital. Los cines cada vez están más al día y están pasando al digital poco a poco. En los aviones grabábamos con cámaras pequeñas. Colocábamos las cámaras en los aviones y volaban el instructor con el alumno. Nosotros no subíamos a los aviones. Pedimos el permiso pero no llegó a tiempo. La Academia nos cedió estas cámaras pequeñas que se utilizan en deportes y que se colocan en los cascos y son muy pequeñitas, y el director de fotografía, Julián Erizalde, tenía una cámara de fotos Lumix que dispone de una buena calidad de vídeo HD. Usábamos ambas: el plano del alumno y otro plano que íbamos variando.

Fue complejo porque grabábamos tanto imagen como sonido. Teníamos que colocar el micro en el intercomunicador para poder captar las comunicaciones entre el instructor y el alumno. Nos parecía muy interesante y muy didáctico poder escuchar y a la vez ver. Por ejemplo si le informaba de que tuviera cuidado con el alabeo, se ve en ese momento lo que está haciendo el avión. O si el instructor le decía al alumno “cuidado con el palancazo”, puedes ves el movimiento brusco del avión. También tenemos la respiración y el sonido general, que es real, no se ha falseado nada. El sonido fue sin duda un aspecto de trabajar más complejo que la imagen. Pero como tenemos a una sonidista buenísima que es Amanda Villavieja pudimos resolverlo.

IC: ¿qué soporte has tenido de empresas o entidades?

CS: Tuvimos el soporte de Televisión Española (TVE). Se hizo con su colaboración y está financiada por TVE. Solicitamos en dos ocasiones ayuda al Ministerio de Cultura, al ICAA, pero no la concedieron. Hay que tener en cuenta que conseguir una subvención del ICAA es muy complejo, si entran 700 proyectos la media es de 30 proyectos aprobados. Hay mucha competencia. Yo contaba con el apoyo ya que el tema no se ha hecho nunca, y creía que se podría apoyar, y no fue así.

IC: ¿cómo era el trato diario y la relación con los mandos?

El trato fue muy respetuoso y educado. Estábamos en el pabellón de oficiales, ellos nos acogieron en sus instalaciones. Para nosotros era muy práctico no tener que desplazarnos cada mañana, ya que muchas secuencias se rodaban muy pronto. Para preparar las cámaras y el material necesitábamos como mínimo una hora, y si ellos hacían diana a las siete necesitábamos estar antes. El hecho de estar allí ya fue una facilidad para nosotros. Nos pidieron una agenda diaria para saber dónde estaríamos a lo largo del día. Inicialmente siempre nos acompañaba alguien de prensa y personal de la propia AGA, pero ellos tampoco podían estar todo el día con nosotros, tenían que ocuparse de otras cosas. Una vez tenían nuestra agenda nos movíamos con bastante libertad. Ellos sabían en cada momento dónde estábamos, teníamos un plan de trabajo.

También es cierto que en la AGA la vida de un cadete está cargada de actividades: clases, deporte, charlas… No tienen un espacio de pausa. Nos permitieron acceder a todo siempre informando de ello previamente, mientras no se interrumpiera la actividad cotidiana de la Academia. Nosotros teníamos que adaptarnos a su ritmo, y su ritmo es bastante frenético, con lo cual era bastante locura para nosotros. Hablando con el director de fotografía lo comentábamos. En los rodajes estamos acostumbrados a que la gente esté por uno. Aquí era al revés. Teníamos que adaptarnos al ritmo de ellos. Un teniente coronel nos dijo “Carla, esto de la Academia es un caos organizado”.

Nosotros necesitábamos un tiempo para cuidar los planos, sobre todo estéticamente si quieres trabajar la imagen. Preguntábamos “¿por dónde saldrán?” y nos decían “saldrán por ahí”. Llegábamos antes, instalábamos la cámara, esperábamos, y salían por detrás nuestro. Y así cantidad de veces. En resumen, facilidad toda, pero sin interrumpir sus actividades.

IC: ¿revisaron el material tras terminar la grabación?

CS: No. Ellos pidieron el guión, y hacer el guión de un documental es bastante complejo. En la ficción se crean unos personajes y unas secuencias y una historia que llevas hacia donde tú quieres. En el documental podemos emplear la frase tópica de que la realidad supera a la ficción. Con tres días de investigación me había hecho una imagen muy general de cómo funcionaba la Academia. Y en el día a día, de la misma forma que los cadetes de primero iban aprendiendo su incorporación a la vida militar, nosotros íbamos aprendiendo con ellos. Lo bonito del género documental es que está muy vivo. Puedes tener unas ideas a priori en la cabeza pero luego lo que estás viendo por delante es muy diferente, es mucho más interesante. Ellos no pidieron revisar el material, se pidió un guión a priori, se les entregó, y también se explicó que era una película observacional, con lo cual no hay una voz en off constantemente que va dando explicaciones. La cámara observa y a través del montaje va creando un ritmo.

IC: ¿qué te parecieron las instalaciones, la comida, etc?

CS: comimos varias veces con ellos en los campamentos, y comían muy bien. Son chavales muy jóvenes que queman una cantidad de energía enorme, comían comida de calidad y en cantidad.

Las instalaciones son como son todas las instalaciones militares: austeras. Todos los pabellones son exactamente iguales, en paralelo, alrededor de la plaza de armas. Los alumnos de primero y segundo duermen en pabellones, que es una nave corrida, y tienen una cama, una mesita, una silla, y una taquilla. Esos son sus muebles, y están uno al lado del otro, es decir, intimidad cero. A partir de tercero y cuarto ya tienen las camaretas, que son habitaciones de dos y de cuatro.

IC: ¿cómo ha sido hasta ahora la recepción de la película?

CS: se ha mostrado poco todavía, sólo se ha visto en Barcelona, y ahora vamos a Madrid, con lo cual estamos empezando. Nuria Vidal, crítica de fotogramas, habla de que la cámara filma de forma muy cercana a ellos, como uno más. Habla un poco también de esa mirada que te comentaba antes, esa mirada limpia, de no querer ver desde el prejuicio. Empieza con una frase que es algo que yo siempre he pensado: lo que sabemos la mayoría que no hemos estado vinculados al ejército de una manera más o menos directa, es a través del cine ficción. El imaginario que tenemos tiene que ver con el cine de ficción americano. Cuando le presentas al espectador unas imágenes de un cadete que se está formando para ser un oficial del ejército español, el objetivo es romper con esa imagen, plantearle al espectador que lo que tienes en tu mente tiene que ver con una ficción. Confróntalo con esta realidad y luego ya decides. Yo con la película te voy a dar esta opción, porque para mí el cine es una herramienta de reflexión. Me interesa explicar una realidad y que el espectador decida.

El siete de febrero en Madrid estará en la Cineteca, una sala preciosa. Se puede encontrar en google con “cineteca matadero”, el nombre le viene de que el local era un antiguo matadero. Es una sala muy bonita con más de doscientas butacas, y ojalá las llenemos.

IC: ¿habrá versión en DVD?

CS: sí, la habrá. Tienen que pasar unos meses por temas de derechos, la editaremos en DVD y añadiremos algunas secuencias extras de vuelo.

IC: ¿tienes algún plan de futuro, algún rodaje nuevo en mente?

CS: ahora estoy en un impasse, voy a parar y a trabajar con la difusión de la película. Estoy centrada en esto y además doy clases en la universidad y con esto de momento estoy ocupada. Pero las películas siempre surgen de una necesidad, y cuando me venga un tema que necesite contar, lo haré.

IC: ¿y en el futuro quieres seguir con documentales o te atraería más otros géneros?

CS: el documental es el género que más controlo y me parece una herramienta muy interesante pero la ficción cada vez me interesa más. Ahora mismo estoy abierta a posibilidades y no he decidido nada en particular.

Carla Subirana, directora de «Volar».

Agradecimiento.

Quisiera por último agradecer a Carla Subirana la amabilidad que tuvo al recibirme y por la oportunidad de poder llevar a cabo esta entrevista.

Iñaki “Darkness” Campomanes.

Barcelona, 16 de enero de 2013.

 

Enlace a la web de la película:

http://volarlapelicula.com/

 

Trailer:

Estreno: día 7 de febrero en Cineteca Matadero. Madrid.

 

 

One Comment so far:

  1. Carles dice:

    «Arrastré» a un grupo de amigos, la mayoría pilotos y apasionados de la aviación (y alguno oficial del aire), a ver «Volar» en el cine: un público fácil, muy entregado. Todavía no he encontrado las palabras para disculparme con ellos a sufrir tan lamentable documento. No hay por donde cojerlo, y el título es bastante discordante con el contenido. Como reportaje del proceso de formación de un piloto, es nulo. Como presentación de la AGA y la carrera militar, es realmente disuasorio (nadie animaría a su hijo a ingresar en la AGA tras ver el reportaje). Como obra estética (ante una oportunidad de -simplemente- realizar un bonito montaje de planos aéreos) es torpe. Este trabajo se suma a «Alas rotas» en la lista de intentos fallidos por hacer algún buen trabajo con el fantástico material que se puede sacar de la AGA.
    Huelga decir que la crítica es de un apasionado de la aeronáutica y del cine de aviación, pero completamente lego en cinematografía. En calidad de lo primero, me sentí simplemente estafado.

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