Elizabeth Heilmeyer, la primera mujer discapacitada que consigue la licencia para volar
Elizabeth Heilmeyer, la primera mujer discapacitada que consigue la licencia para volar
Elizabeth Heilmeyer es la primera mujer discapacitada que ha recibido la licencia para poder volar. Esta alemana que lleva viviendo 30 años en España, nació el 21 de Julio de 1953 en Munich, Alemania se ha convertido en el primer discapacitado en recibir la licencia para vuelos sin motor tras siete años de trámites y procedimientos.
Elizabeth Heilmeyer perdio su licencia al quedar paraplejica en un accidente el 31 de Mayo del 2003 practicando vuelo sin motor en el Aeródromo de Ocaña en la provincia de Toledo.
Elizabeth Heilmeyer no se amilano y quiso recuperar su licencia de vuelo que al ser repetidamente denegada tuvo que acudir a la vía judicial.
Elizabeth Heilmeyer es fundadora de Sillas Voladoras organización que se dedica a que las personas discapacitadas puedan obtener su licencia de vuelo sin motor. La legislación de otros paises europeos contemplan esta posibilidad, denegada aqui en España.
Con este fin se firmó en el 2000 un convenio con Aviación Civil, SENASA (Sociedad Estatal para las Enseñanzas Aeronáuticas) PREDIF (Plataforma Representativa Española de Discapacitados Físicos) y la Fundación VODAFONE.
Es desde entonces que la Escuela de Vuelo en Ocaña dispone de un avión adaptado para el manejo manual, igual que se adaptan los coches. En casi toda Europa las personas con discapacidad llevan más de 30 años pudiendo sacarse la licencia de vuelo.
El vuelo a vela tiene sus orígenes en la Alemania de principios del siglo XX, cuando a raíz del Tratado de Versalles y con la consiguiente limitación armamentística, se les prohibió a los alemanes el uso de aviones con motor. Hoy en día siguen siendo una potencia en este aspecto, en diseño y construcción de planeadores.
El auge culminante del vuelo a vela tuvo lugar durante los años treinta. Por esa causa se desarrolló masivamente el volovelismo deportivo, la tecnología y los diseños de los planeadores.
El planeador SG38 de origen alemán, data de 1938 y era utilizado como planeador-escuela, desde el principio el aspirante a piloto volaba solo. El «Schulgleiter» estaba construido en tela y madera, su velocidad óptima de planeo era de 52km/h y su relación de planeo era 1/10, es decir que por cada metro que descendía avanzaba 10 metros.
Terminada la segunda guerra mundial se empezaron a utilizar otro tipos de materiales para la construcción de planeadores, como el metal, el plástico y materiales compuestos, como la fibra de vidrio.
Luego de 1945 se volvió obligatoria la enseñanza en planeadores biplaza. Dentro de los biplazas más reconocidos de escuela se encuentra el LET L-13 «Blanik» de origen polaco.
Y aquí citamos las palabras de Elizabeth Heilmeyer:
Volar es un derecho, igual que conducir, y también una sensación maravillosa. Se trata de una experiencia única y de verdad que merece la pena que la conozcan la mayor cantidad de personas posible en nuestra misma situación, aunque nada más sea por una sola vez. El vuelo sin motor es un deporte relajante que nos devuelve a las personas que ya no nos podemos mover con facilidad esa sensación de libertad total, nos hace sentirnos felices, cuando tenemos una preocupación o un problema lo podemos dejar «literalmente» abajo y una vez terminado el vuelo, esa preocupación ya no nos parece tan grave o insuperable. En el aire ya no nos encontramos con barreras arquitectónicas, «en el aire todos somos iguales». No se trata de un capricho. Se trata de una motivación más para vivir. Toda persona que experimenta el vuelo sin motor descubre la belleza y la tremenda sensación de libertad que encierra, que se multiplica en la persona discapacitada que ha de permanecer en una silla de ruedas. Todos dicen que volando alcanzan una maravillosa sensación de movilidad, de libertad y de bienestar psicológico.
La colaboración con el Hospital de Parapléjicos de Toledo lo confirma. Meterte en un avión desde la silla requiere algo de práctica, pero puedes llegar a hacerlo solo y si no, pueden ayudarte. El vuelo sin motor es un deporte de equipo, también para una persona «normal» tiene que haber alguien que sujete el avión a la hora de montarte así que siempre hay dos o tres personas alrededor para que pueda salir y despegar. Por fin las personas con discapacidad motora podremos sacarnos la licencia de piloto de vuelo sin motor.
La duración del curso dependerá del número de vuelos de doble mando que se hagan, por semana o los fines de semana y de las habilidades de la persona. Si acude una vez a la semana, puede durar por término medio un trimestre. Alguien con mucha destreza podría hacerlo en menos tiempo.
Cualquier persona interesada y con la movilidad suficiente de cintura hacia arriba podrá obtener la licencia en la Escuela de Vuelo Sin Motor de Ocaña (Toledo). Para ello es importantísimo que os informe que nuestros vuelos están subvencionados mediante el convenio suscrito con Predif, por parte de la Fundación Vodafone España. Se pueden hacer vuelos de «divulgación» por 10 Euros, lo que se llama «curso de iniciación» incluye 4 vuelos y cuesta 40 Euros (yo he hecho tropecientos «cursos de iniciación desde mi accidente) y el precio estimado para el curso completo, una vez que se pueda realizar, será de unos 500 Euros. Los «locos en silla» o con cualquier otra discapacidad que ya volamos, haremos todo lo posible para que todas las personas que tengan ilusión por volar puedan tener la oportunidad de «un bautizo en el cielo» . En cuanto a los pormenores para poder realizar un vuelo subvencionado, podéis meteros en la página Web de Predif (www.predif.org) y buscar «vuelo a vela».
Elisabeth Heilmeyer y Emilio Palencia
Elisabeth Heilmeyer cita la frase de su gran amigo y antiguo instructor de vuelo, Emilio Palencia: VOLAR ES LLENAR LOS PULMONES DE ESPACIO, LOS OJOS DE BELLEZA Y EL ALMA DE INFINITA LIBERTAD.
Era voluntario de la cruz roja